Recuerdo que apenas teniendo yo cinco
años, tenían mis padres una casa en
la calle las Parras esquina con Doña
Leonor. Allí pasábamos algunos inviernos.
En la madrugada del Jueves Santo recuerdo
que decían: “mañana, tenemos que
madrugar para ver al Zoilo”, Que no era
otro que Nuestro Padre Jesús de Humildad
y Paciencia. Pues bueno, esa fue la primera
vez que lo vi, y no sabía yo que algunos años
después junto a mi mujer y mis hijas iba a tener
tantas bonitas e inolvidables vivencias.
Por el año 1988, si no recuerdo mal, por
motivos laborales conocí a Carmen Peña Valle,
“Carmela la Zoila”. Así fue como Charo
(mi esposa) y yo fuimos viendo como aquella
mujer se preocupaba de su Señor, como ella
decía, guardando gran parte de los enseres de
la Cofradía en su horno, hoy ya cerrado. Ella
nos hablaba continuamente de su Señor, de
cómo su marido Zoilo González Lara había
sido Hermano Mayor durante tantos años e
insistía en hacerme hermano de la Cofradía,
pero fue otra gran persona, Manolo Castro,
quien nos llevaba la lotería del Señor para
que la vendiéramos en el despacho del pan
que teníamos alquilado a Carmen Peña, quien
consiguió que me hiciese hermano de la Cofradía,
siendo él Hermano Mayor, si mal no
recuerdo.
A partir de ese momento empecé a salir
de capuchón, como nosotros decimos, y
posteriormente se sumaron mis hijas y mi
mujer, que iba siempre alumbrando detrás
de Nuestro Señor.
También formé parte de la Junta como
vocal siendo Hermano Mayor Manuel González
Lama. En ese tiempo puede vivir experiencias
muy bonitas acompañando a la
Virgen de la Sierra en los distintos traslados
de Parroquias con motivo de su Coronación
en el año 2005.
Para terminar os cuento brevemente
como un día conocí a un chaval, bastante
joven, que tenía una gran ilusión en ser Hermano
Mayor, Juan Navas Castillo. Él quiso
que yo fuese su Vice-Hermano Mayor para
que, junto con el resto de la Junta, todos ellos
personas importantísimas y trabajadoras, sacásemos
adelante un importante proyecto,
el cual ya todos conocemos, y que sí Dios
quiere veremos en la madrugada del Viernes
Santo.
Y sin más me despido dándoles gracias
a Nuestro Padre Jesús de Humildad y Paciencia
por haber permitido que viva estas
bonitas experiencias junto a mi familia y
hermanos cofrades.
Que Dios os Bendiga.
RAFAEL BORREGO CECILLA
ALGUNOS
RECUERDOS